Ahora me pasa que me atrae dibujar rostros con arrugas o con gestos remarcados. Cuando vivía en Buenos Aires pintaba más, pero eran otras imágenes, otra época. Estoy pasando por un momento en el que siento que mis manos vuelven a tener memoria. O yo.
Años atrás me sentaba en un asiento del subte y abría mi carpeta de bocetos y me ponía a retratar a gente que iba viajando conmigo. Otras veces iba a los bares mientras esperaba a alguna amiga y copiaba la figura de algún solitario o solitaria sentado en aquel bar.
Soy de colgarme mirando los gestos de las personas, las posturas, como se acomodan cuando están por contar algo importante, sus espaldas arqueadas hacia adelante cuando están tristes, las posturas que adoptan los que se encuentran por primera vez y se sientan con sus espaldas erguidas y bien derechas, o sus manos debajo de la mesa todo el tiempo cuando son tímidas. Tengo memorizados muchos gestos y posturas de gente que he dibujado, pero hoy tengo ganas de bocetar rostros de ancianos, o de gente un poco más joven pero con rasgos fuertes. Hoy es esa mi inspiración. Ya voy a mostrales lo que hice hasta ahora.
0 comentarios:
Publicar un comentario