Mi viejo, los caballos y yo

viernes, mayo 19

El caballo es mi animal favorito, por su destreza, porte, elegancia y lo más importante: su gran nobleza. Pero este favoritismo viene desde mi infancia. Pasaba horas dibujando caballos, cuando veía películas me re emocionaba, y además coleccionaba fotos y figuritas.

Gemma Valenti
(pintura ecuestre)

Mi viejo que ya no está, era "burrero" en lunfardo argentino (dícese fanático del hipódromo, en español) y cuando yo era chica me gustaba elegirle por el nombre más lindo el caballo que a mi parecer ganaría ese domingo. Mi viejo mientras se peinaba me entregaba la revistita abierta donde aparecían enumerados todos los caballos que correrían ese día, figuraba el nombre de sus padres al costado y hasta el de sus cuidadores.
Yo agarraba un marcador de color y empezaba a leer los exóticos nombres, algunos eran más que principescos, otros tenían nombres en inglés, estaban los de nombres simpáticos como por ejemplo: Lady Rigoberta, Negro Suicida, Insolente Harry, Bello Cuco, Sin Verguenza, y tantos otros que hoy ya ni me acuerdo.
Marcaba con un círculo desprolijo cada nombre y le entregaba la revista cerrada a mi papá. Yo le decía: " no la abras hasta llegar así te da suerte" El me miraba con una sonrisa y me decía: "Así va a ser..."

Cuando fui suficiente grande ya como para poder ir,
una vez unos amigos me invitaron al hipódromo de San Isidro (Buenos Aires). Antes de ir a apostar decidimos ir a ver a los caballos a sus caballerizas para verlos de cerca. No me olvido más esas caras, qué imponentes eran esos animales, qué fortaleza mostraban... Y sobre todo, su mirada tan noble, los cuidadores mientras los peinaban les hablaban al oído.

Pasó el tiempo y al final, estábamos perdiendo todo, nos mirábamos las caras, no nos quedaba mucha "guita" lunfardo argentino (dícese dinero, en español) hasta que de última se me ocurrió jugarle a una trifecta con lo poco que yo tenía, les dije a mis amigos: veamos qué pasa en ésta última...y nos vamos (era la primera vez que visitábamos un hipódromo)
Qué pasó? Ay, los gritos eufóricos de mis amigos a medida que nuestros tres caballos se acercaban a la recta final, y llegaron los tres juntos. Ganamos la trifecta con los números 5-7-6, no me olvido más...

Esa tarde salimos con una amplia sonrisa cada uno, me decían:" cuando le cuentes a tu viejo se mata de risa"
Y le conté cuando llegué a casa esa tarde, mientras le contaba con lujo de detalles me miraba con una sonrisa y me decía:" sos terrible hija, y yo no sabía..." (y bue, qué se la va a hacer...)
Fuimos una vez más (y la última) pero esta vez se sumaron 5 amigos. Ganamos de nuevo y terminamos comiendo todos en un restaurant "pituco" en lunfardo argentino(dícese elegante, en español) qué lindo fue.

Viejito como extraño tus ansias de ganar... tengo deseos de marcarte los nombres como antes y que vuelvas con los resultados.
Debe estar apostando desde el cielo, eso no lo dudo...

Qué tipo bueno era mi viejo...
(cuando ganaba algo de dinero era felíz trayéndonos kilos de helado que compraba antes de llegar a casa para todos, y cómo lo disfrutaba)
Otra cosa que jamás me olvido es cuando era chiquita y me sentó en sus piernas, con sus manos haciendo el gesto como que abría un libro: "mirá cuando vengas a mostrarme el cuaderno y me digas: "papá, mirá ya sé escribir" (era tan chiquita que ni los gabaratos me salían bien)
Antes de partir hacia Canadá me dijo: "sé una mujer de bien"
Trato todos los días, se lo prometí.

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