No me toquen al arbolito

Se vinieron las fiestas, pero que lindo. Qué, no se nota mi explosión de alegría?

Como todos los años y desde que tengo uso de razón soy yo la que adorna el árbol, pero el problema está en que siendo yo la que guarda los adornos, cuando voy a la gran caja donde fueron guardados durante todo el año, veo que siempre falta algo. La caja ni se mueve del lugar pero siempre da la casualidad que algo aparece roto. Nadie fue, y nunca nadie abrió esa caja. Pero la cosa es que cada vez hay menos adornos, las guirnaldas terminan todas enredadas y que si sumamos la ayuda de Fido y Mirko en medio del living la cosa se hace insostenible. Lo peor de todo que cuando abro la caja y veo las luces encuentro que NO ANDAN.
Pero...? si ni las usé, estuvieron prendidads tanto tiempo? mentira, no duran nada, o empiezan a morirse las del medio que queda horrible cuando las prendés te aparece un tremendo agujero sin luz en medio del árbol. Pero no te diste cuenta que ahora el árbol está completamente repleto de cosas y que te acordaste que lo primero que pusiste fueron las luces, qué haces? ni loco volvés a sacar adornito por adornito, porque no sabés ni por dónde empezaste. Entonces, le mandás lo primero que se te ocurre, algodón y mucha tira brillosa para que realce un poco.
Este año, hice un árbol yo, chiquito eso así, lo rellené con las cosas que tenía guardadas, no fui a comprar el pino gigante y natural como todos los años, que está bueno porque te deja un perfume hermoso en la casa, pero como tengo la cabeza en otras cosas, en lo que menos pienso es en el árbol. Mis últimas fiestas en Canadá, no crean que voy a tirar la casa por la ventana, espero que sean las doce rapidito para saludar, verme una buena peli en la cama, es que aquí otra cosa no se te puede ocurrir, salvo si tenés muchos amigos dónde pasarla junto a ellos, y decidan hacer algo en casa de alguno, pero cuando todos tus conocidos se fueron lejos de acá y de los pocos que conocés, más vale perderlos que encontrarlos, mejor hacer lo que yo hago, no jodo a nadie y lo paso de primera. Aparte, este año no quiero dejarlos a Mirko y Fido solos como las veces anteriores, prefiero pasarlo con ellos, sobran las palabras. Cada año traíamos un pino natural a casa de los que venden los campesinos que se instalan con sus casas rodantes en medio de la ciudad. Este año, reduje el tamaño y ésto es mi arbolín montrealés en el día de la fecha y somos muy felices, mi árbol y yo. Ah, el gorrito blanco delante de la radio es de Mirko. Cómo verán, parece más la Navidad de un hincha de River, pero es lo único que había quedado sano en la caja.

Les dejo un videíto casero de Montréal nevado, y parte del centro vestido para las fiestas, espero que les guste.